jueves, 22 de agosto de 2013

Capítulo 8: "Me he enganchado a ti de una manera inexplicable."

A la mañana siguiente, desperté con un cuerpo al otro lado de mi cama. Justin dormía plácidamente. Me puse un leggins, una sudadera y las zapatillas de correr. Cogí mi Ipod.Lo puse en modo aleatorio y fui a la cocina. Me comí una barrita sustitutiva y salí por la puerta.
Necesitaba correr. Estar sola y pensar todo lo que había pasado en la noche anterior.
8 HORAS ANTES
-¿Tú no eras amiga de ______?-le pregunté mientras la apartaba de mí.
-Sí, pero ¿no podemos pasar un buen rato?
-No, déjame. Me voy.
-¿Dónde vas a ir borracho? ¿Crees que va a volver contigo después de lo de esta noche?
-¿Quién te ha dicho que voy a su casa?
-Tu cara te delata.
-Bueno, pues muy bien. Me largo-dije cuando me levanté del sofá.
-No te vas a ir a ninguna parte.
Me di la vuelta y me dirigí a la salida, cuando alguien me cogió del brazo y vi que era ella de nuevo.
-¿Me quieres soltar puta?-Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando escuchó la última palabra-Lo siento, no pretendía hacerte daño.
-¡Pues lo has hecho cabrón! Me largo.
Vi como salía por la puerta muy cabreada. Si estuviera en otra situación le hubiera seguido, sin embargo tenía que recuperar a _____. No me iba a dar por vencido. Todo esto era un mal entendido.  Le pedí al guardia de seguridad que me pidiera un taxi, ya que había bebido bastante y no quería problemas con la policía.
-¿Dónde quiere que le lleve?-preguntó el taxista.
-A la Calle Bedford de Brooklyn.
Mi cuerpo temblaba del frío. Sólo llevaba una simple camiseta blanca de tirantes y unos pantalones negros. Pagué al taxista y fui a su portal. Llamé al timbre varias veces, hasta que al fin contestó.
-¿Quién?
-Ábreme, por favor.
-¡¿Qué es lo que quieres?!-gritó por el telefonillo.
-Por favor-dije mientras secaba mis lágrimas. No me había dado cuenta ni siquiera que estaba llorando. ¿Qué me estaba haciendo esta chica?
Tras varios minutos de silencio, abrió la puerta. Llamé al ascensor y subí a su piso.
-Pasa.
Sus ojos estaban negros del rímel. Se sentó en el sofá y yo me senté junto a ella.
-Nena, déjame explicarte todo.
-He escuchado bastante esta noche. No quiero saber nada.
-¡No sabes nada!-alteré la voz casi sin darme cuenta y ella comenzó a llorar.
La abracé, al mismo tiempo que ella lloraba en mi hombro. Le besé el pelo.
-Lo siento-le susurré.
-¿Para qué has venido?
-No voy a rendirme tan fácilmente y no me voy a ir hasta que me escuches. –Tomé aire y empecé a hablar- Antes de conocerte, mi vida era un caos total. Fumaba mucho más de lo que hago ahora, me emborrachaba para huir de mis problemas y cuando me dijeron que grabaría el comercial contigo, Lil Twist estaba allí. Dijo que al ser una modelo, serías una presa fácil. Yo le dije que por lo que había visto en el desfile, estaba equivocado. Él seguía empeñado de que serías una facilona y él mismo hizo una apuesta, yo no dije que participaría en ella. Además, el día de tu cumpleaños, le dije que si aún seguía con esa apuesta que la suspendiera porque me gustabas- Sus ojos miraban a los míos, respiré hondo y seguí hablando-Nena, lo siento. ..
- La verdad, no sé qué decir. 
-¿Por qué?
Se acercó a mí y me besó.
-¿Me crees?-le pregunté sorprendido por el beso.
-Haré como si hubiera si no hubiera pasado nada.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
Me cogió de la mano y me llevó hasta su habitación.
-¿Qué vamos a hacer?-le pregunté un poco avergonzado.
-Nada de lo que se esté pasando ahora mismo por la cabeza- me sonrió- Quiero enseñarte una cosa.
Abrió un armario y sacó un cofre. De él sacó unas fotos y me las mostró. En ellas salía ella unos años atrás. Tenía el pelo mucho más rubio y un poco más corto.
-Son mis primeras fotos como modelo. Nada más venir a vivir aquí.
-¿Cuántos años tenías?
-13. Puedes decir que sabes de la existencia de estas fotos porque pocos lo hacen.
-¿Por qué? Sales muy guapa, aunque pareces triste.
-Sí, en esa época necesitaba demasiado a  mamá.-Cogió un viejo álbum y me lo mostró.-Esa mujer es mi madre.
Su madre se parecía mucho a ella. A pesar de que con el pelo más rubio se parecían mucho más. Parecían dos gotas de agua.
A medida que iba pasando las fotos, su cara se fue entristeciendo. Sin apenas darse cuenta, una lágrima travesó su mejilla.
-No llores preciosa. Me tienes a mí, ¿vale? Te voy a decir una cosa, nadie merece tus lágrimas. Tienes una mirada tan inocente, que da miedo hasta decirte algo por si te puede hacer daño. Siento mucho lo de esta noche. Te prometo que no volverá a pasar.
-Las promesas no valen para nada.
-Mis promesas sí.
-¿Por qué lo dejaste con Selena?
-¿Qué? ¿A qué viene esto ahora?
-Si te molesta no hace falta que contestes a la pregunta. Era simple curiosidad.
-Dame tiempo y te lo contaré.
-¿Tiempo? ¿Tiempo para qué?
-____ no es fácil. Ten paciencia. Si dentro de seis meses sigues pensado que soy bueno para ti, te lo contaré.
-Me estás asustando-sonrió.
La abracé como si fuera mi último minuto de vida. Se tumbó en la cama y yo quedé encima de ella. Empezó a besarme el cuello y yo me estremecí en sus brazos. Busqué sus labios con ferocidad y así estuvimos durante varios segundos. La tensión de la habitación fue aumentando y me desabrochó la camisa. Ella quedó encima de mí y lentamente besaba mi pecho y mis abdominales. Con las yemas de los dedos recorría mis tatuajes y los besaba con ternura. Se levantó de la cama y se quitó el vestido. Cuando quedó en ropa interior, se sentó en la cama con la cabeza agachada.
-No voy a ser capaz de seguir.
-¿Qué pasa?
Me senté junto a ella en la cama. Le acaricié la espalda.
-Es que… soy virgen-dijo sonrojada.
-¿Y hay algún problema con eso?
-No lo sé, por eso lo digo. Estoy muy nerviosa. Lo siento
-Ven, túmbate aquí conmigo.
Se tumbó en mi pecho y se tranquilizó.
-Me alegro de ser el primero.
-Te quiero-dijo con una gran sonrisa.
-Y yo también amor.
-¿Qué pasaría si un día despiertas y ya no estás a mi lado?-me preguntó.
-¿A qué te refieres?
-Pues que, ¿qué pasaría, si un día te despiertas y nada de esto ha pasado? Que nuestros besos, nuestras caricias, han sido un sueño y ni si quiera nos conocemos…
-Pues intentaría encontrarte de cualquier manera. Recorrería medio mundo para poder estar contigo.
-¿Entonces no te arrepientes de estar conmigo?
-No, que va, es lo mejor que me ha pasado en la vida. Me he enganchado a ti de una manera inexplicable. Cuando te conocí, he de reconocer que me asusté por lo que sentí, sin embargo tu sonrisa fue el motivo para no echar a correr y hacer esa sesión de fotos.
-Lo que estás diciendo es muy tierno.
-No es tierno, son mis sentimientos. ____, te quiero.
Seguimos hablando durante un rato, hasta que ella se quedó dormida en mis brazos. Necesitaba tiempo para contarle la razón por la que había roto con Sel. No era fácil.
“Tenemos que hablar”-le envié a Selena.
“¿Qué pasa?”
“¿Estás en L.A?”
“No, estoy de gira”
“¿Skype?”
“Ahora no puedo. Mañana”
“Vale. ¡Adiós!”
Cuando desperté, Justin estaba al otro lado de la cama durmiendo plácidamente. Parecía un niño pequeño.
Cuando llevaba unos veinte minutos corriendo, sonó el móvil.
-¿Quién?
-Soy yo. Tu agente, esa a la que tienes tan olvidada-respondió al otro lado del teléfono.
-He estado descansando.
-No, si ya lo he visto en los periódicos. ¿Tú no sabes que tienes que consultar todo conmigo?
-¿Mi vida privada también?
-Es una parte muy importante de tu trabajo.
-Que yo sepa, eso no estaba en el contrato que firmé.
-No vayas de chulita, que igual que estás arriba puedes estar abajo. Como me ponga yo como tú, vas a volver a ser como eras antes. Una pordiosera. Me debes todo lo que tienes.
-Bueno, ¿tenías algo más que decirme?
-Sí, que ya se han acabado tus vacaciones y que tenemos una reunión a las 12 en mi oficina.
-Vale, allí estaré.
No le soportaba. Era algo mutuo. Ella no me aguantaba a mí y yo a ella tampoco. Volví a casa y Justin ya estaba despierto.
-Te iba a llamar-me dio un beso y se fue a la cocina-  ¿Quieres un café?
-No. Voy a hacer tortitas, ¿quieres?
-¿Puedes comer? ¿Entra en tu dieta?
-No, pero esto estoy cabreada y voy a comer lo que me dé la gana.
-¿Qué ha pasado?
-Mi agente. Es insoportable-él rió- Es la verdad, ojalá pudiera cambiarme de agencia.
-Es fácil, busca a otra.
-No es tan fácil…
-¿Vas a comerte las tortitas?
Pensé unos minutos y recapacité, a pesar de que mi relación con ella no era buena, no podía tirar mi carrera a la basura por un rebote.
-No-le sonreí-Hazme un café. Voy a ducharme.
Me llené la bañera y me ayudó a relajarme. Cogí ropa de vestir del armario, me arreglé el pelo, me maquillé y bajé a la cocina. Él estaba sentado en el taburete, mientras miraba su móvil y tomaba su café.
-Ya estoy aquí.
-¿Qué vas a hacer hoy?
-Tengo una reunión, ¿y tú?
-Volaré a Los Ángeles. Tengo que grabar en el estudio. Unos días en casa nunca vienen mal. ¿Cuándo te podré ver?
-Pues no lo sé. Déjame ir a la reunión primero y luego hablamos.
Justin se fue al hotel a recoger sus cosas y yo a la reunión. Cuando llegué Allie salía por la puerta.
-Está cabreada, más vale que seas buena- dijo a la vez que me daba un abrazo.
-¿Dónde te metiste anoche?
-Me fui al baño, luego fui a buscaros y ya no estabais.
-¿Qué pasó entre tú y Justin?
-Nada, un mal entendido. Ya está todo solucionado.
-¡Oh! Me alegro. Me tengo que ir. Hablamos luego preciosa.
-Adiós.
Llamé a la puerta y entré. Estaba hablando por teléfono y me senté en una de las sillas de su oficina. Colgó y se sentó en la silla de enfrente.
-Siento mi comportamiento de esta mañana-le dije.
-No esperaba menos de ti-sonrió falsamente- Tengo una gran noticia para tu carrera.
-¿En serio?
-Sí. Serás la chica Playboy del mes de _____.
-¿Qué?
-Lo que oyes.
-Lo siento, pero no cuentes conmigo. Búscate a otra.
-Vale, pues búscate tú a otra agente. A ver quien aguanta todas tus manías. Aunque tengo unas fotos de tu hermano que seguro que tu amiga no quieres que vea. O mejor, imagínate. “El hermano de la novia de Justin Bieber drogado por las calles de Nueva York.”
-No serás capaz.
-Pues haz el trabajo.

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